Es frecuente que se reconozca la importancia de la afectividad, la confianza, la comunicación, la construcción de climas positivos como forma de favorecer aprendizajes. Sin embargo, tal reconocimiento suele enfrentarse a dificultades a la hora de desarrollar las prácticas educativas.

Al momento de construir límites, promover la adquisición de conocimientos o moderar conflictos se toman decisiones que no favorecen la integración grupal, que tienden a excluir integrantes que desencadenan desencuentros en los grupos. En la vida grupal y comunitaria convive el conflicto, la tendencia a excluir y compararse con los otros.

Ciertas acciones contribuyen al encuentro, al conocimiento mutuo entre los participantes y a la creación de climas agradables que cuando consolidan ambientes de confianza generan condiciones para la inclusión y la integración grupal. Resultan vitales la actitud de los educadores, los recursos personales y los técnico metodológicos. La forma cómo se interviene el clima grupal e institucional, la producción individual y colectiva, la aprehensión de aprendizajes y la adquisición de conocimientos.